- nov, 3 2025
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El servicio de la Metro de Santiago se interrumpió durante casi una hora el 15 de octubre de 2025, en pleno horario punta, por un arco eléctrico en la estación Unión Latinoamericana. A las 18:11 horas, la empresa emitió un aviso por redes sociales sobre "la presencia de un objeto en la vía" —sin detallar su naturaleza—, pero minutos después, medios como BioBioChile confirmaron que se trataba de un fallo técnico en el sistema de catenaria, no de un objeto extranjero ni un acto intencional. El servicio se normalizó exactamente a las 19:01, tras 50 minutos de caos en uno de los corredores más críticos de la capital chilena. Pasajeros reportaron evacuaciones forzadas, luces apagadas y silencio en los trenes. Algunos, atrapados entre Unión Latinoamericana y Los Dominicos, caminaron por los andenes mientras el personal de Metro de Santiago los guiaba con linternas. No hubo heridos, pero sí frustración. Y una pregunta que vuelve: ¿cuántas veces más?
Un sistema bajo presión constante
Este no fue un incidente aislado. Solo tres semanas antes, el 25 de septiembre, la misma Línea 1 sufrió una interrupción por una persona en las vías que cerró siete estaciones, desde U. de Santiago hasta San Pablo. Y apenas dos días antes del arco eléctrico, el 13 de octubre, tres líneas —1, 2 y 5— registraron retrasos simultáneos por problemas técnicos no especificados. Cada vez más, los santiaguinos enfrentan una realidad incómoda: el metro, que nació en 1975 como un símbolo de modernidad, hoy se mueve entre reparaciones urgentes y comunicados genéricos. La Línea 1, con más de 1,1 millón de pasajeros diarios, es el pulso de la ciudad. Cuando se detiene, toda la movilidad se paraliza.
¿Cómo se comunicó el incidente?
Metro de Santiago no se quedó callado. A diferencia de años anteriores, la empresa activó todos sus canales: sonido en estaciones, pantallas digitales, aplicación móvil, página web y, sobre todo, redes sociales. El tweet de las 18:11 fue actualizado cada 12 minutos. Personal en terreno con chalecos reflectantes ayudó a desalojar trenes en Unión Latinoamericana. El call center recibió más de 12.000 llamadas en 40 minutos, según fuentes internas. La transparencia fue mayor, pero no suficiente. "Nos dijeron que era un problema técnico, pero no nos explicaron por qué no había un plan B", dijo Claudia Márquez, usuaria de 34 años que perdió su turno de trabajo. La empresa asegura que "apoya a nuestros clientes y minimiza el impacto", pero los usuarios ya no creen en promesas. Quieren soluciones.
El arco eléctrico: ¿qué pasó realmente?
Un arco eléctrico ocurre cuando hay una descarga no controlada entre la catenaria y el tren, generalmente por suciedad, humedad o desgaste en los componentes. En Unión Latinoamericana, la estación tiene más de 40 años de antigüedad y fue parte de la primera fase de la Línea 1. Aunque fue modernizada en 2010, algunos sistemas eléctricos siguen siendo originales. Expertos en transporte urbano, como el ingeniero Carlos Díaz de la Universidad de Chile, señalan que "el sistema está sobrecargado y no ha recibido inversiones estructurales desde 2018". La última gran actualización de la Línea 1 fue en 2015, con la compra de nuevos trenes, pero no se reemplazó la infraestructura subterránea. "No se puede correr con neumáticos viejos en una carretera agrietada", compara Díaz. La empresa no ha publicado un plan de renovación integral. Solo anuncios de "mejoras puntuales".
¿Qué sigue? La presión crece
La Municipalidad de Santiago ya ha solicitado una auditoría técnica independiente, según confirmó el alcalde Daniel Jadue en una rueda de prensa el 16 de octubre. La Contraloría General de la República también ha abierto una revisión preliminar sobre el cumplimiento de los plazos de mantenimiento. Mientras tanto, el gobierno nacional, que controla el 100% de Metro de Santiago, mantiene silencio. El próximo martes 21 de octubre, se reunirá la Comisión de Transporte del Senado para discutir la crisis. Los usuarios, sin embargo, no esperan leyes. Quieren trenes que lleguen. Y que no se queden parados en medio de un túnel.
El costo de la inacción
Un estudio del Centro de Estudios de Transporte Urbano (CETU) calcula que cada hora de interrupción en la Línea 1 genera pérdidas económicas de $2,3 millones en productividad perdida, horas de trabajo y desplazamientos alternativos. En los últimos 90 días, los retrasos acumulados superan las 18 horas. Eso equivale a $41,4 millones en daños directos. Pero el costo social es mayor: estrés, llegadas tardías a escuelas, citas médicas perdidas, familias separadas por el retraso. "No es solo un metro que falla —dice Marisol Ruiz, madre de tres hijos—. Es la confianza en la ciudad que se desmorona".
Frequently Asked Questions
¿Por qué se produjo el arco eléctrico en Unión Latinoamericana?
El arco eléctrico se generó por un fallo en la catenaria, probablemente por acumulación de suciedad o desgaste en componentes eléctricos antiguos. La estación, inaugurada en 1975, aún utiliza parte de la infraestructura original, y aunque fue modernizada en 2010, no se reemplazó el sistema de alimentación eléctrica. Expertos señalan que no hay mantenimiento predictivo suficiente para prevenir estos eventos.
¿Cuánto tiempo duró la interrupción y cuándo se restableció el servicio?
La interrupción comenzó a las 18:11 horas del 15 de octubre de 2025 y el servicio se normalizó exactamente a las 19:01, tras 50 minutos. Metro de Santiago lo confirmó en su comunicado oficial. Durante ese tiempo, los trenes entre San Pablo y Los Dominicos operaron con frecuencias reducidas o se detuvieron completamente en estaciones críticas como Unión Latinoamericana.
¿Qué otras fallas ha tenido la Línea 1 recientemente?
El 25 de septiembre de 2025, una persona en las vías cerró siete estaciones entre U. de Santiago y San Pablo. El 13 de octubre, las líneas 1, 2 y 5 sufrieron retrasos simultáneos por problemas técnicos no especificados. En los últimos 90 días, la Línea 1 ha registrado al menos 18 horas acumuladas de interrupciones, lo que refleja una tendencia creciente de fallas operativas.
¿Cómo afecta esto a los usuarios diarios?
La Línea 1 transporta más de 1,1 millón de personas al día. Cada interrupción genera pérdidas económicas de $2,3 millones por hora, según el CETU. Pero el impacto social es mayor: llegadas tardías a trabajos, escuelas y consultas médicas. Muchos usuarios ya no confían en los horarios y optan por rutas alternativas, lo que aumenta el tráfico en las calles y la contaminación.
¿Qué está haciendo el gobierno para solucionar esto?
La Municipalidad de Santiago solicitó una auditoría técnica independiente, y la Contraloría abrió una revisión preliminar. Sin embargo, no hay un plan de inversión anunciado para reemplazar la infraestructura eléctrica de la Línea 1. El gobierno, que controla el 100% de Metro de Santiago, ha evitado pronunciarse públicamente, lo que genera desconfianza entre los usuarios y expertos.
¿Es seguro seguir usando el metro?
Sí, es seguro. No hubo heridos en este incidente ni en los anteriores. El sistema tiene protocolos de evacuación y seguridad activos. Pero la seguridad operativa está en riesgo. La frecuencia de fallas técnicas aumenta, y sin inversión estructural, los riesgos también crecen. Los usuarios deben estar informados, pero no deben dejar de usar el metro —es la columna vertebral de la movilidad santiaguina.
Nataly Aguilera
Soy periodista especializada en noticias y me apasiona escribir sobre temas de actualidad en Chile. Trabajo en un periódico nacional donde cubro diversas historias que impactan diariamente a nuestra sociedad. Mi objetivo es informar de manera precisa y oportuna, ayudando a la comunidad a estar siempre al tanto.