Chile y la herida abierta: crisis de confianza en la Iglesia Católica bajo el Papa Francisco
  • abr, 22 2025
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La visita papal que reavivó el dolor en Chile

Pocos recuerdan una visita papal en Chile tan polémica como la de Papa Francisco en 2018. En plena efervescencia por los escándalos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, la llegada del Pontífice generaba expectativa, algo de esperanza, y mucha desconfianza. La crisis no era nueva, pero Francisco, en vez de sanar heridas, avivó la indignación respaldando públicamente al obispo Juan Barros, acusado de encubrir abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.

La reacción fue inmediata: manifestaciones en las calles, templos vacíos y un clima de rabia entre las víctimas. La carta de disculpas del Papa no calmó los ánimos. Para los sobrevivientes, sus palabras sonaban huecas frente a los gestos de encubrimiento en la cúpula eclesiástica. “Otra vez nos dejan solos”, decían algunos. Incluso dentro de la Iglesia surgieron voces críticas: el cardenal Sean O’Malley, referente mundial en la lucha contra el abuso, le reprochó a Francisco deslegitimar el sufrimiento de quienes denuncian.

De las disculpas a la desconfianza: el golpe al alma católica

La presión fue tal que obligó al Papa a cambiar de rumbo. Reconoció errores graves y, ya de vuelta en Roma, aceptó la renuncia de varios obispos chilenos vinculados a casos de encubrimiento. Parecía el inicio de un nuevo camino. La Iglesia chilena intentaba limpiar heridas con protocolos y acercamiento a las víctimas, pero esa desconfianza sembrada difícilmente se pudo revertir. Los templos seguían vacíos y los fieles se distanciaban de una jerarquía percibida como elitista, lejana y, sobre todo, cómplice.

Benito Baranda, activista y católico de base, resumía el sentir de muchos: “Fue como si a un niño abusado le dijeran ‘yo no te creo’. Eso reabre el dolor”. La fuga de feligreses y la disminución de vocaciones sacerdotales pintan un panorama sombrío. Para muchos, el escándalo de abusos sexuales se transformó en símbolo de una crisis de autoridad, ética y espiritual que ha dejado una marca indeleble en el tejido social chileno.

Con la muerte del Papa Francisco en 2025, reaparecen los debates sobre su legado: sí, hubo reformas y gestos de humildad después del escándalo, pero la herida que dejó aquella primera reacción incrédula sigue pesando más que los intentos de reparación tardía. La Iglesia en Chile aún enfrenta el desafío de recuperar la confianza, mientras los sobrevivientes siguen esperando genuina justicia y no solo ceremonias de perdón.

Sofía Durán

Sofía Durán

Soy periodista especializada en noticias y me apasiona escribir sobre temas de actualidad en Chile. Trabajo en un periódico nacional donde cubro diversas historias que impactan diariamente a nuestra sociedad. Mi objetivo es informar de manera precisa y oportuna, ayudando a la comunidad a estar siempre al tanto.

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